PALACIO DE MIRAMAR
Quién no conoce el típico palacio de Miramar de San Sebastián, edificio único y señorial donde los haya. Este edificio fue la Real Casa de Campo de la Reina María Cristina de Habsburgo-Lorena (1893-1929). Este edifico pasó a ser propiedad de la ciudad en el año 1972 y tiene el título de Monumento histórico-artístico de carácter nacional desde 1974. Pero antes de hablar de los usos del palacio de hoy en día, veamos como fue su construcción y el veraneo de la corte en la ciudad.
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Palacio de Miramar |
Nuevamente el monasterio de San Sebastián el antiguo fue ocupado en este caso por Dominicas que permanecieron ahí hasta casi tres siglos después, sufriendo expolios, guerras y saqueos. Llegando a fecha de 1836 fueron ellas mismas las que concedieron el permiso de derribo a las fuerzas carlistas que sitiaban la ciudad.
Durante la segunda guerra carlista (1873-1876) en este lugar se hallaba una fortificación llamada El Tambor para la defensa de la ciudad y junto a ella una pequeña ermita dedicada a Nuestra Señora del Loreto sirviendo de capilla y cementerio a los caseríos cercanos, hoy conocido como el barrio del antiguo.
Nos plantamos ya en el año 1883 donde los reyes fueron invitados por los duques de Bailén a pasar unos días a su residencia de Ayete, aquel corto viaje dejaría a la reina María Cristina encantada con la ciudad. Tras quedarse viuda, se convirtió en reina regente en 1885, con lo que su hijo Alfonso XIII nació ya siendo rey, y como marcaba la tradición siguieron pasando el verano del 86 en La Granja de San Ildefonso (Segovia). Como ya sabemos por recomendación médica la reina y su hijo Alfonso debían de veranear en un clima húmedo y más fresco, con lo que decidió en veranear en alguna ciudad del Cantábrico.
Los médicos le recomendados la capital Guipuzcoana, por un lado por la cercanía a la frontera donde se abría el paso a las cortes europeas; y mas concretamente Biarritz. Y por otro lado por la playa de La Concha ya que era uno de los lugares más seguros donde practicar natación , deporte al cual la reina era aficionada. Posiblemente influyera la amistad que tenía la reina con la duquesa de Bailén para elegir como nuevo destino San Sebastián.
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Palacio de Ayete, propiedad de Los Duques de Bailén |
Así pues un año después la ciudad acogió a la reina de tres hijos en la ciudad, y como decían las crónicas de la época " El pueblo esperaba una reina y se encontró una madre". San Sebastián se convertía en la capital oficial del veranero para la realeza y la playa de la Concha tomó el título de Playa Real. María Cristina se involucró mucho en la vida de la capital, y era común verle por la ciudad acudiendo a partidos de pelota, celebraciones religiosas o a los aurreskus de la Plaza de la Constitución.
Aún así la reina debía de construirse su palacio y muchos de los ciudadanos ofrecían sus solares a la reina para su palacio ya que que la reina veranease en la ciudad traería mucha riqueza. En este momento se estaba construyendo el Gran Casino a orillas de la Concha. Durante la estancia la reina se fijó en los terrenos del Pico de Loro, entre las playas de Ondarreta y La Concha. El alcalde quería regalarle aquellos terrenos pero la reina no los acepto ya que la ciudad no debía de cargar con esos gastos. Gran parte de los terrenos pertenecían a los Condes de Moriana del Rio y tras su negociación la reina adquirió un total de 8.2 hectáreas. Había que acondicionar el suelo y mover una parte de carretera que comunicaba el barrio del antiguo con el resto de la ciudad.
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Vista del Palacio Miramar junto con el Pico de Loro |
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La Casa de Campo Los Hornillos |
El palacio se planteo de forma que fuera un chalet de verano, y no una gran edificación, con lo que en el terreno se construyó por un lado el edifico principal de unos 1.400 m2, la casa de oficios de 954 m2 con las cocinas y dependencias del servicio. el caserío de Illumbe vivienda de los jardineros. La casa de las vacas, la portería a la entrada del palacio y las caballerizas mas alejadas con 1156 m2 junto con la carbonera y el invernadero.
Como todo buen palacio este fue dotado por unos jardines diseñados por Pierre Ducasse, jardinero francés que estudió en la escuela de La Réole. Trabajó para Los duques de Mandas y Los duques de Bailén en sus palacios de Cristinaenea y Ayete. Los jardines de naturaleza idealizada estaban compuestos para ser un lugar de recreo, de cuidados jardines y grandes zonas arboladas. El palacio de Miramar contaba con 7 hectáreas de jardines con pequeñas islas de vegetación y coloridas flores siendo la fachada norte mas sobria que la fachada sur.
La reina veraneó aquí hasta 1928, el futuro del edifcio era incierto ya puesto que María Cristina no dejó a nadie como titular de la propiedad. El ayuntamiento quiso comprarlo antes de que quedara abandonado, pero Alfonso XIII decidió seguir veraneando aquí aún teniendo el palacio de la Magdalena obsequio de la ciudad de Santander. A modo de luto al año siguente decidió no veranear en la ciudad pero se aprovecho para realizar algunas rformas en él. Fue en verano de 1930 cuando la realeza volvió a la ciudad por última vez ya que se proclamó la República y todos los bienes reales fueron incautados quedando el palacio clausurado.
El ayuntamiento intento comprar el bien, cosa que le fue denegada, en su lugar el presidente decidió pasar en la ciudad unos días; así pues la última persona que veraneó en la ciudad fue Niceto Alcalá Zamora. Donostia comenzó la petición de devolver el palacio a la familia real en el exilio siendo en 1941 la devolución formal a sus legítimos propietarios; Jaime, Beatriz, Cristina y Juan de Borbón y Battenberg ya que Alfonso XIII habia muerto unos meses antes en Roma.
En 1965 se tomó la iniciativa de declarar el palacio de Miramar Monumento histórico monumental con la ayuda de la Real Sociedad Vascongada y Amigos del Pais junto con el apoyo de D. Juan de Borbón publicándose en 1968 la resolución. En 1971 se acordó junto con el ayuntamiento la venta del bien por 102,5 millones de pesetas, entendiendose la cifra razonable por un total de 3,4 hectáreas. En el año 1974 se declaró Monumento Histórico-Artístico de Carácter Nacional. El mobiliario que quedaba dentro la Dirección General de Bellas Artes por 17,5 millones de pesetas, quedando como deposito del ayuntamiento.
Hoy en día este palacio está dedicado a fines públicos, el gobierno vasco dedicó mucho tiempo y dinero a remodelar tanto el palacio como el pabellón del príncipe. Así el ayuntamiento de la ciudad y la Diputación de Guipuzcoa constituyeron el Consorcio Palacio de Miramar. Es en este recinto donde se realizan cursos de verano por la Universidad de País Vasco, hasta hace pocos años se ubicaba aquí el conservatorio de música, los servicios de la Sociedad de Estudios Vascos y la Euskaltzaindia.
Muchos de sus salones se usan hoy como salones de conferencia y es muy habitual también ver bodas o algún concierto de música en el parque. Espero que os haya gustado el palacio y que vengáis a disfrutar de sus vistas al mar!
Bibliografía:
HORCAJO CALIXTO, L. Y FERNANDEZ BEOBIDE, J.J. (2017),
Palacio de Miramar San Sebastián 125
años de historia, Gráficas Lizarra, San Sebastián.