PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN
Hacia 1801 nos encontramos en la situación de que la ciudad de San Sebastián estaba amurallada, era una ciudad recogida pero con mucha población dentro de ella. Se habla de unos 8000 habitantes, es decir, una población similar a la de muchas otras ciudades en España por aquella época, con unas 625 viviendas. A comienzos del siglo XIX la mayor parte de la población se encontraba en lo que hoy conocemos como la parte vieja de San Sebastián, aunque eran muchos también los que se encontraban fuera de las murallas defensivas en los barrios de Santa Catalina, El Antiguo, San Martín y San Francisco.
La imagen que se nos queda de la ciudad de dentro de los muros es de una ciudad con dos plazas principales, por un lado la plaza de Díaz Jacoma hoy día desaparecida pero que se situaría por el Bulevar. Y por otro lado la plaza nueva, lo que hoy conocemos como plaza de la constitución, con la mismas dimensiones y características pero con la diferencia de que la fachada diseñada por Hercules Torrelli en 1689 desapareció en el incendio de 1813.
Vamos a hablar de la fase histórica en la que el 10 de marzo de 1808 San Sebastián queda ocupada por las tropas francesas de Napoleón hasta su liberación por las tropas Inglesas el 31 de agosto de 1813.
La ciudad queda destrozada por las tropas francesas, pero cuando las tropas inglesas liberaron la ciudad arrasaron con lo poco que quedaba de ella. Varios testigos de lo sucedido apuntaban en sus crónicas que la mayoría de los incendios que hubo aquel 31 de agosto fue por parte de las tropas inglesas. Tras varios intentos de exigir la indemnización a las tropas inglesas, no dieron su fruto y fue entonces cuando el rey de España Fernando VII decidió invertir en la reconstrucción de esta.
Una vez termina la guerra los ilustres de la ciudad deciden reunirse en el caserío de Zubieta para tomar una determinación sobre el futuro de la ciudad. Esa reunión se llevó a cabo el 8 de septiembre de 1813 y se decide rescatar la ciudad y volver a construirla. Ese día es muy importante para la ciudad ya que se celebra el día de la Virgen del Coro patrona de la ciudad, día que también se decidió reconstruir la ciudad. Esta reconstrucción se prolongó varios años en el tiempo, ya que una obra de tal envergadura debía de estar bien organizada.
El solar donde se situaba la ciudad amurallada sabemos que no era completamente plana en su totalidad, la parte central quedaba algo hundida. Esto causó grandes contratiempos para la reconstrucción de la ciudad, ya que se debía de nivelar el terreno antes de comenzar con la construcción de nuevas casas. Pedro Manuel Ugartemendía dejó detalladamente escrita la descripción de la ciudad antes del gran incendio, por ello y los antiguos planos sabemos cual era la disposición de la antigua ciudad. No existían calles principales o mejor dispuestas que otras, si bien es verdad que había algunas calles algo más anchas que otras como la de San Vicente o la calle Iñigo y ahí era donde residían los ciudadanos bien posicionados.
En el país vasco funcionan los batzarras o concejos abiertos, donde antiguamente el pueblo se juntaba en el pórtico de la iglesia. Estos concejos necesitaban un lugar de reunión, y son los Reyes Católicos quienes ordenan hacer un edificio por cada concejo. El siglo XVIII fue un momento de oro para los ayuntamientos del país vasco, sobre todo para los guipuzcoanos ya que seguirán el modelo francés que mezclaran con el estilo de caserío vasco. Quedan muy pocos ayuntamientos del siglo XVI en el país vasco, el mayor número de ayuntamientos que vamos a encontrar serán de estilo barroco.
La ubicación de este tipo de edificios era en los enclaves importantes de la ciudad, es decir en las plazas principales cerca de las parroquias. De esta manera se puede decir que enfrentaban al poder civil con el poder religioso en un mismo lugar. Todos los ayuntamientos deben de dar a una plaza, un espacio amplio y público donde los regidores se muestren al pueblo. Estos edificios son de planta cuadrada y de tejado a dos o cuatro aguas. Al igual que un palacio el elemento articulador del edifico es la escalera, todos los ayuntamientos están compuestos por soportales o arquerías lugar donde se colocarían edictos o anuncios importantes de la ciudad.
El salón de plenos es un lugar importante y por ello ocupa toda la fachada del ayuntamiento, ahí es donde se reunía el concejo. Este salón tiene varias ventanas que dan a un balcón de proclamaciones. Otro elemento destacador es el escudo, colocado en sitio noble a lo alto de la fachada es ahí se coloca el escudo de la provincia.
La extensión de la plaza mayor daba lugar para las reuniones y comercios diarios de la ciudad. Era una plaza de forma rectangular, que bajo sus cuatro fachadas de arcadas dejaban paso a carros para el comercio. La fachada principal era la de la Casa del Consejo y Consulado de la ciudad, una magnifica fachada de estilo churrigueresco, y por dentro estaba compuesto por amplios y grandes salones. A esta fachada le acompañaban otras tres, mucho más sobrias e uniformes, dejando resaltar a la fachada principal.
Las casas que aquí se encontraban eran muy pequeñas y estrechas, su uso no era de vivienda de señores de la ciudad si no como balcón para aprovecharlo como regocijo del señorío de Donostia. Todos los espectáculos y comercio diario de la ciudad se situaban en la plaza vieja de la ciudad, ello dió a la construcción de esta plaza nueva con mayor espacio. El nuevo ayuntamiento quiso darle a la ciudad un nuevo ambiente y mayor espacio de ocio, por ello se encargo la plaza nueva a Hercules Torrelli en 1689. En 1790 el historiador Doctor Camino la describía como "El soberbio edificio de la Casa Consistorial". El edificio estaba rematado por un tímpano donde se situaban las dos imágenes de la justicia y prudencia junto a sus atributos. En medio el escudo de armas de la ciudad junto con dos imágenes. Hoy en día podemos ver algunas similitudes entre este edificio y el ayuntamiento de Oñati.
Y es por eso que nos plantamos en el año 1815 donde personajes ilustres de la ciudad intentan levantar a San Sebastián de sus cenizas. Tras varias reuniones se decide que en 1816 se empiecen a trazar nuevos edificios para la ciudad, mirando al pasado de los antiguos edificios pero también al futuro de ellos y de nuevas posibilidades urbanísticas para la ciudad. Así pues el secretario del Consejo, Bartolomé Muñoz, redacta una consulta para el rey donde pide la reconstrucción de la ciudad. Cuatro días de la consulta, se recibe una respuesta donde el arquitecto Pedro Manuel de Ugartemendia debía de llevar las obras a cabo. Fue creado también una junta de obras, donde personajes importantes de la ciudad tomaron parte; algunos nombres de ellos dan nombre a distintas calles de la ciudad como; Joaquín Berminghan, José María Soroa o José Ignacio Sagasti.
Pedro Manuel de Ugartemendía había accedido a la Academia de San Fernando a finales del siglo XVIII siendo alumno de Silvestre Perez y a su vez teniente de infantería. Trabajó durante muchos años para distintas localidades de la provincia de Guipuzcona. Y en diciembre de 1813 recibió el encargo de la reconstrucción de la capital guipuzcoana, y más que eso se tuvo que preocupar por los posibles defectos que tuvo la anterior ciudad de saneamiento. Ya que previamente había descrito la ciudad y todas sus calles, eso le ayudó a la hora de abordar los problemas que se le presentaban en un principio. Podemos decir que hubo dos posibilidades para la nueva ciudad. Por una parte reconstruir la ciudad tal cual era incluyendo algunas mejoras o hacerla con un planteamiento urbanístico más novedoso, con calles más amplias, cómodas y ordenadas.
Ya en 1814 hubo una oposición por parte de los vecinos ya que alegaban el poder recuperar la antigua ciudad junto con sus propiedades y solares, aún así en mayo del mismo año el arquitecto Ugartemendía presentó al ayuntamiento siete planos de la nueva ciudad. Quiso quitar el carácter militar y defensivo de la ciudad eliminando los baluartes y fortines en la traza, presentó un proyecto que le devolvía a la ciudad el carácter marítimo y pesquero que era el que de verdad tenía.
El concepto de hermosura de una ciudad la comprendía desde la comodidad de la misma. Embellecer la ciudad entendida desde el punto de vista de unidad y cohesión al fin y al cabo. Ugartemendía quiso dar solución a cinco problemas esenciales que él destacó de la ciudad:
Con esta nueva disposición de la ciudad, vemos como el arquitecto tenía la idea de igualar las necesidades de los habitantes siendo la plaza nueva o la plaza constitución el centro de todo el mapa. Todos los edificios debían de tener doble ventilación tanto a la calle principal como al patio, una idea completamente nueva y novedosa que daba solución a muchos problemas de higiene.
La plaza nueva se levantó donde más o menos se encontraba la anterior plaza con la diferencia que quería hacerla de forma octogonal. Aún así seguía teniendo la misma idea de comercio y punto de reunión de los ciudadanos pero con la nueva idea de crear arcadas bajo sus fachadas para el buen transito de carros y lugar de resguardo. Fue rechazado ese primer proyecto y se aprobó el creado por el corregidor Cogorza, que consistía en rehacer la antigua planta con variedad de algunas calles, pero esta idea tampoco gustó mucho. Con lo que la Academia de San Fernando nombro a Alexo Miranda colaborador del proyecto trabajando junto con Ugartemendía.
Se puede afirmar que la reconstrucción de la ciudad debe entenderse al rededor de la plaza nueva. Obra de Silvestre Pérez, maestro de Ugartemendía, que en 1819 presenta los planos de la Casa Consistorial pero no fueron aprobados hasta 1828 por la comisión de arquitectura de la academia. La tardanza en las obras para la Casa Consistorial hizo que un año más tarde Ugartemendía tuviera que redactar 80 condiciones regulando la construcción de esta. Así como que todo el exterior y la caja de escaleras tenía que estar construida a base de pieza arenisca de la propia ciudad. Había muchas clausulas que regulaban el tipo de piedra, color y tamaño, tanto es así que ordeno que nadie colocara una piedra sin su previa aprobación.
El estilo de las fachadas solía ser de un muro al que se horadaba la parte baja dejando un pasillo cubierto para distintos usos, podía ser lugar de resguardo, o para carros. Toda esa planta estaba cubierta por arcos y sobre estos los balcones con función muy definida, servían como palcos para las corridas de toros en la ciudad. Estas se alquilaban independientemente a las viviendas en ocasiones puntuales. En cada plaza mayor tienen diferente tratamiento, en este concreto caso pertenecen a una fachada ininterrumpida.
Hoy en día lo que nos podemos encontrar es, la misma disposición de la ya mencionada anteriormente. Una plaza cuadrada con tres caras iguales, divididas en cuatro pisos siendo el primero de ellos una arquería. La única fachada diferente es la central el cual alberga el escudo de la provincia de guipuzcoa. Las funciones de la plaza no se han vito casi alteradas, ya que ésta se sigue utilizando tanto como para ferias y mercado en ocasiones puntuales y muy arraigadas a la ciudad así como; la fiesta de la tamborrada, el día del Santo Tomas o los Caldereros.
![]() |
Plano de la ciudad hacia 1728 |
La imagen que se nos queda de la ciudad de dentro de los muros es de una ciudad con dos plazas principales, por un lado la plaza de Díaz Jacoma hoy día desaparecida pero que se situaría por el Bulevar. Y por otro lado la plaza nueva, lo que hoy conocemos como plaza de la constitución, con la mismas dimensiones y características pero con la diferencia de que la fachada diseñada por Hercules Torrelli en 1689 desapareció en el incendio de 1813.
La ciudad queda destrozada por las tropas francesas, pero cuando las tropas inglesas liberaron la ciudad arrasaron con lo poco que quedaba de ella. Varios testigos de lo sucedido apuntaban en sus crónicas que la mayoría de los incendios que hubo aquel 31 de agosto fue por parte de las tropas inglesas. Tras varios intentos de exigir la indemnización a las tropas inglesas, no dieron su fruto y fue entonces cuando el rey de España Fernando VII decidió invertir en la reconstrucción de esta.
Una vez termina la guerra los ilustres de la ciudad deciden reunirse en el caserío de Zubieta para tomar una determinación sobre el futuro de la ciudad. Esa reunión se llevó a cabo el 8 de septiembre de 1813 y se decide rescatar la ciudad y volver a construirla. Ese día es muy importante para la ciudad ya que se celebra el día de la Virgen del Coro patrona de la ciudad, día que también se decidió reconstruir la ciudad. Esta reconstrucción se prolongó varios años en el tiempo, ya que una obra de tal envergadura debía de estar bien organizada.
El solar donde se situaba la ciudad amurallada sabemos que no era completamente plana en su totalidad, la parte central quedaba algo hundida. Esto causó grandes contratiempos para la reconstrucción de la ciudad, ya que se debía de nivelar el terreno antes de comenzar con la construcción de nuevas casas. Pedro Manuel Ugartemendía dejó detalladamente escrita la descripción de la ciudad antes del gran incendio, por ello y los antiguos planos sabemos cual era la disposición de la antigua ciudad. No existían calles principales o mejor dispuestas que otras, si bien es verdad que había algunas calles algo más anchas que otras como la de San Vicente o la calle Iñigo y ahí era donde residían los ciudadanos bien posicionados.
En el país vasco funcionan los batzarras o concejos abiertos, donde antiguamente el pueblo se juntaba en el pórtico de la iglesia. Estos concejos necesitaban un lugar de reunión, y son los Reyes Católicos quienes ordenan hacer un edificio por cada concejo. El siglo XVIII fue un momento de oro para los ayuntamientos del país vasco, sobre todo para los guipuzcoanos ya que seguirán el modelo francés que mezclaran con el estilo de caserío vasco. Quedan muy pocos ayuntamientos del siglo XVI en el país vasco, el mayor número de ayuntamientos que vamos a encontrar serán de estilo barroco.
La ubicación de este tipo de edificios era en los enclaves importantes de la ciudad, es decir en las plazas principales cerca de las parroquias. De esta manera se puede decir que enfrentaban al poder civil con el poder religioso en un mismo lugar. Todos los ayuntamientos deben de dar a una plaza, un espacio amplio y público donde los regidores se muestren al pueblo. Estos edificios son de planta cuadrada y de tejado a dos o cuatro aguas. Al igual que un palacio el elemento articulador del edifico es la escalera, todos los ayuntamientos están compuestos por soportales o arquerías lugar donde se colocarían edictos o anuncios importantes de la ciudad.
El salón de plenos es un lugar importante y por ello ocupa toda la fachada del ayuntamiento, ahí es donde se reunía el concejo. Este salón tiene varias ventanas que dan a un balcón de proclamaciones. Otro elemento destacador es el escudo, colocado en sitio noble a lo alto de la fachada es ahí se coloca el escudo de la provincia.
![]() |
Imagen de la fachada principal de la plaza nueva de estilo churrigueresco |
La extensión de la plaza mayor daba lugar para las reuniones y comercios diarios de la ciudad. Era una plaza de forma rectangular, que bajo sus cuatro fachadas de arcadas dejaban paso a carros para el comercio. La fachada principal era la de la Casa del Consejo y Consulado de la ciudad, una magnifica fachada de estilo churrigueresco, y por dentro estaba compuesto por amplios y grandes salones. A esta fachada le acompañaban otras tres, mucho más sobrias e uniformes, dejando resaltar a la fachada principal.
![]() |
Ayuntamiento de Oñati |
Y es por eso que nos plantamos en el año 1815 donde personajes ilustres de la ciudad intentan levantar a San Sebastián de sus cenizas. Tras varias reuniones se decide que en 1816 se empiecen a trazar nuevos edificios para la ciudad, mirando al pasado de los antiguos edificios pero también al futuro de ellos y de nuevas posibilidades urbanísticas para la ciudad. Así pues el secretario del Consejo, Bartolomé Muñoz, redacta una consulta para el rey donde pide la reconstrucción de la ciudad. Cuatro días de la consulta, se recibe una respuesta donde el arquitecto Pedro Manuel de Ugartemendia debía de llevar las obras a cabo. Fue creado también una junta de obras, donde personajes importantes de la ciudad tomaron parte; algunos nombres de ellos dan nombre a distintas calles de la ciudad como; Joaquín Berminghan, José María Soroa o José Ignacio Sagasti.
Pedro Manuel de Ugartemendía había accedido a la Academia de San Fernando a finales del siglo XVIII siendo alumno de Silvestre Perez y a su vez teniente de infantería. Trabajó durante muchos años para distintas localidades de la provincia de Guipuzcona. Y en diciembre de 1813 recibió el encargo de la reconstrucción de la capital guipuzcoana, y más que eso se tuvo que preocupar por los posibles defectos que tuvo la anterior ciudad de saneamiento. Ya que previamente había descrito la ciudad y todas sus calles, eso le ayudó a la hora de abordar los problemas que se le presentaban en un principio. Podemos decir que hubo dos posibilidades para la nueva ciudad. Por una parte reconstruir la ciudad tal cual era incluyendo algunas mejoras o hacerla con un planteamiento urbanístico más novedoso, con calles más amplias, cómodas y ordenadas.
![]() |
Primer boceto de la reconstrucción |
El concepto de hermosura de una ciudad la comprendía desde la comodidad de la misma. Embellecer la ciudad entendida desde el punto de vista de unidad y cohesión al fin y al cabo. Ugartemendía quiso dar solución a cinco problemas esenciales que él destacó de la ciudad:
- Nivelar el terreno para evitar infecciones
- Nuevas ordenanzas para la cohesión de los edificios
- Ordenar la ciudad y sus labores, como posicionar el cuartel cerca del castillo o de situar la lonja cerca al muelle
- Criterios de embellecimiento de la ciudad
- Ensanchar las viviendas
Con esta nueva disposición de la ciudad, vemos como el arquitecto tenía la idea de igualar las necesidades de los habitantes siendo la plaza nueva o la plaza constitución el centro de todo el mapa. Todos los edificios debían de tener doble ventilación tanto a la calle principal como al patio, una idea completamente nueva y novedosa que daba solución a muchos problemas de higiene.
![]() |
Plano definitivo de la ciudad |
Se puede afirmar que la reconstrucción de la ciudad debe entenderse al rededor de la plaza nueva. Obra de Silvestre Pérez, maestro de Ugartemendía, que en 1819 presenta los planos de la Casa Consistorial pero no fueron aprobados hasta 1828 por la comisión de arquitectura de la academia. La tardanza en las obras para la Casa Consistorial hizo que un año más tarde Ugartemendía tuviera que redactar 80 condiciones regulando la construcción de esta. Así como que todo el exterior y la caja de escaleras tenía que estar construida a base de pieza arenisca de la propia ciudad. Había muchas clausulas que regulaban el tipo de piedra, color y tamaño, tanto es así que ordeno que nadie colocara una piedra sin su previa aprobación.
El estilo de las fachadas solía ser de un muro al que se horadaba la parte baja dejando un pasillo cubierto para distintos usos, podía ser lugar de resguardo, o para carros. Toda esa planta estaba cubierta por arcos y sobre estos los balcones con función muy definida, servían como palcos para las corridas de toros en la ciudad. Estas se alquilaban independientemente a las viviendas en ocasiones puntuales. En cada plaza mayor tienen diferente tratamiento, en este concreto caso pertenecen a una fachada ininterrumpida.
Hoy en día lo que nos podemos encontrar es, la misma disposición de la ya mencionada anteriormente. Una plaza cuadrada con tres caras iguales, divididas en cuatro pisos siendo el primero de ellos una arquería. La única fachada diferente es la central el cual alberga el escudo de la provincia de guipuzcoa. Las funciones de la plaza no se han vito casi alteradas, ya que ésta se sigue utilizando tanto como para ferias y mercado en ocasiones puntuales y muy arraigadas a la ciudad así como; la fiesta de la tamborrada, el día del Santo Tomas o los Caldereros.
Lo que se ha alterado ha sido el edificio central, ya que ahí hoy en día se alberga una pequeña biblioteca municipal y varias salas dedicadas a fines culturales desde 1947 ya que el ayuntamiento se trasladó al antiguo casino de la ciudad. La función más relevante del edificio es el día 20 de enero donde se celebra la fiesta de la tamborrada, y el alcalde iza y arria la bandera de la ciudad.
Como hemos podido ver, las funciones de una plaza o un edificio puede llegar a ser alterado a lo largo de la historia de una ciudad. Pero lo importante es que los edificios construidos anteriormente puedan integrarse a las necesidades que ofrece la ciudad en ese momento.
Vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=0mhj3D28VMU&feature=youtu.be
Fotografías extraídas de: https://www.kutxateka.eus/
Bibliografía:
Artola, M., Historia de la reconstrucción de San Sebastián, San Sebastián, Editado por el ayuntamiento de la ciudad de San Sebastián, 1963.
Ramos Riesco, P., "San Sebastián antes del incendio", en Sambricio, C., La reconstrucción de la parte vieja de San Sebastián, San Sebastián, Editorial Departamentos de grandes equipamientos de San Sebastián, 1991, pp. 83-105.
Sambricio, C., "El proyecto de Pedro Manuel de Ugartemendía para la reconstrucción de San Sebastián", en Sambricio, C., La reconstrucción de la parte vieja de San Sebastián, San Sebastián, Editorial Departamentos de grandes equipamientos de San Sebastián, 1991, pp. 105-165.
Sada, A., y Sada, J., Historia de San Sebastián, San Sebastián, editorial Txertoa, 1997.
Rodriguez Sorondo, M.C., Arquitectura pública en la ciudad de San Sebastián (1813-1992), San Sebastián, editorial Sociedad Guipuzcoana de ediciones y publicaciones, 1985.
Aisenson, L., "Plaza de la constitución de San Sebastián, una plaza mayor", Ondare: cuadernos de artes plásticas y monumentales, 14,1995, pp. 9-38.
https://www.sansebastianturismo.com/es/hacer/cultura-arte-arquitectura/plazas-paseos
Fotografías extraídas de: https://www.kutxateka.eus/
Fotografías extraídas de: https://www.kutxateka.eus/